lunes, 3 de noviembre de 2008

La crítica de la semana - Camino


Camino es una de esas películas que confirmar "qué mierda es el cine español". Su director Javier Fesser emprende el proyecto ambicioso de seguir los últimos meses de vida de Camino (personaje basado en una niña, que pasó por ese calvario, hija de una familia del Opus Dei). Una película que muy poco tiene que ver con sus anteriores películas dedicadas a personajes de chanza y chirigota como son Mortadelo y Filemón o ese anciano P. tinto, padre de marcianos. Y precisamente es por esto, o por meterse con el Opus Dei, o por ser uno de los mejores directores que tenemos y tendremos en nuestro país, por lo que nadie le va a perdonar lo que ha hecho.


Porque Camino es una película que habla del amor terrenal y del espiritual, de las relaciones entre padres e hijos, entre hermanos y de un profundo amor inconfeso que, en un entorno muy influido por el peso de la religión católica más tradicional, se convierte en una unión más que espiritual.


Con un tema tan aparentemente anodino (yo detestaba la historia de Mar Adentro por la falta de interés de la premisa inicial y en este caso, y es el único, es donde ambas películas se aproximan), Fesser hace un poema al amor, a un amor con un fin limitado que se terminará convirtiendo en eterno, un amor que flota por toda la película y que transforma la dureza del proceso que vive Camino en los pasos hacia el lugar en el que siempre quiso estar, pero al que cree que nunca llegará.


Y todo con ese ojo para los detalles y por los efectos especiales que siempre ha tenido en sus obras Javier Fesser (¿no es el accidente de coche uno de los mejores accidentes de todo el cine español por su sobriedad y dureza en un plano de apenas un segundo?), ese cariño por los personajes que ya demostró en P. Tinto pero que confirmó en Mortadelo y Filemón. Pero sobre todo esa sabiduría, ese saber tratar a los actores y sacar lo mejor de ellos, con una cámara cuya precisión nada tiene que envidiar a grandes directores norteamericanos como Paul Greengrass o David Fincher. Y todo ello sin que nadie le haya hecho ni caso a pesar de tener una de las películas más taquilleras de nuestra historia cinematográfica por la que no fue ni reconocido en los Goya.


Y por eso vuelvo a donde empecé: Qué mierda es el cine español. Que mierda es un cine que, si hubiese justicia, invitaría a FEsser a que se fuese a Estados Unidos para que al fin pueda demostrar con ganas y con dinero, que es uno de nuestros directores de mayor talento de la actualidad (supongo que si no lo ha hecho no será por falta de ganas, sino porque hay demasiada gente que le quiere en este nuestro pequeño y cutre mundillo farandulero).


¿Qué apostamos a que, si al menos tienen la decencia de nominarle en estos Goya al guión -que alguien le ganará - o a la dirección - que, sin duda, perderá - Camino es apenas mencionada - sólo la niña estará nominada como actriz revelación y, si no lo gana, sí que será una vergüenza -?


martes, 28 de octubre de 2008

quemierdaeslatelevisionespañola

Por El Jefe.-

Aunque realmente no pienso así (con la televisión soy bastante más permisivo que con el cine porque normalmente, al menos en nuestro país, siempre ha sido un trabajo duro: - en menos de una quinta parte del tiempo y con 100 veces menos presupuesto se hace cada capítulo de una serie y eso que duran una hora y media, es decir, casi lo mismo que la media de nuestras películas), es necesario mencionar una entrevista que han hecho en vertele a Amparo Baró sobre su personaje en El Internado que describe perfectamente no sólo el mundo de la tele en nuestro país, sino el de los actores y guionistas del mundo audiovisual patrio en general.

La entrevista completa puede leerse aquí y no tiene desperdicio: http://www.vertele.com/noticias/detail.php?id=20731

Pero la pregunta y la respuesta que me ha llamado la atención de entre todas es:

Pregunta: Sobre la trama que tiene Jacinta con Héctor, el personaje de Luís Merlo, ¿que va a pasar con ella?
Respuesta de Amparo Baró: Esa trama es muy difícil de aclarar porque Jacinta es muy mayor, está en ese internado desde que era un orfanato y se encuentra dentro de una historia que no es ni muy clara ni muy limpia con los chicos que desaparecieron allí hace muchos años. Supongo que esta mujer conoce todas las historias que han ido ocurriendo en este edificio y estará al tanto de lo que les sucedió a estos chicos.

Y la gente que ve la serie dirá... Pues no es una respuesta mala. El Internado es una trama muy compleja ya que copia a Lost con continuos flashbacks y giros, pero en este caso sin tener muy claro por dónde van o qué quieren contar (algún día haremos una entrevista imaginaria a uno de sus guionistas). De entre todos los personajes, uno de los pocos que conoce el pasado es Jacinta (vamos, es como Ben en Lost literalmente) pero lo que llaman la atención es la frase: "Supongo que esta mujer conoce todas las historias que han ido ocurriendo en este edificio y estará al tanto de lo que les sucedió a estos chicos." y lo que subyace bajo ella:

Esta tipeja (que en un día debió saber lo que era ser actriz y ahora no es más que un loro de repetición que se gana un sueldo) da por supuesto la base de su personaje sin importarle para nada que lo que ella crea sobre las motivaciones o conocimientos de este, es decir, sobre el "bagaje" que debería ser leiv motiv de sus acciones, lo que implica además que le parece de lo más normal que ningún guionista, productor, realizador, director, cámara, iluminador o persona que pasase por allí y que tuviese dos dedos de frente y estuviese alarmado porque ella no se haya molestado en preguntarlo, se haya propuesta explicarle por qué es cómo es Jacinta, por qué actuaría de un modo o de otro, o qué puede pensar o hacer en una situación concreta.

Vamos, que, como el cine español es así, se da por supuesto que un actor lee y si algo no lo pone en el guión, se da por supuesto o no se da, pero no importa. Ahora me explico por qué creía que había tan malos actores. En realidad, hacen lo que pueden (o lo que quieren: ganar dinero con un esfuerzo mínimo) con lo que tienen.

Sigamos así y nunca cerraré este blog.

miércoles, 22 de octubre de 2008

Sobre el cine español (así en general)

Recientemente he visto La habitación de Fermat de Luis Piedrahita y Darío Sopeña (ambos escritores de la misma). Sé que voy con un año aproximado de retraso pero es que se me pasó en su momento y luego, por circunstancias de la vida), nunca vi el momento de ponérmela.

Ahora lo he hecho y me ha parecido todo un ejercicio de cien patrio que merece la pena reseñar pues demuestra como unos jóvenes amateurs (un poco de experiencia previa como escritores en tv pero nada o muy poca en cine) afrontan una película llena de giros y sorpresas. Bueno, giros sí, sorpresas pocas.

Para resumir el argumento: Un misterioso personaje convoca a cuatro matemáticos de mayor o menor prestigio a través de un juego que les obliga a resolver un complejo enigma matemático (o eso esperaba al incluir en el título al matemático Fermat) porque cuando la vi, resultó ser un juego de inteligencia que aparece en muchas páginas de Internet). El lugar en el que les convoca es una casa en cuyo salón se resolverá la película (tirando de presupuesto, vamos) y que va rediciéndose a media que tardan en resolver otros supuestos complejos enigmas (también los habituales que aparecen en Internet o en juegos de inteligencia, incluido el de los Caballeros que aparece en la película para niños Dentro del Laberinto). El gran misterio consiste por tanto, no en saber si resolverán los enigmas, sino en saber quién es Fermat y por qué les ha encerrado allí para matarles.

Si la idea es buena, el desarrollo no es igual. Ya he adelantado que los enigmas son fáciles, si no estúpidos la mayoría de las veces. Ya que si es fácil imaginarse un argumento así, no lo es tanto,imaginarse difíciles puzzles matemáticos. Pero la película adolece de todo lo que tiene el cine español. Un guión amateur que no ha sido vuelto a revisar desde su primera redacción (para qué si ya está acabado), una estructura que se debilita por momentos y una resolución para salir al paso que no deja satisfecho al espectador (aunque a esas alturas tampoco insatisfecho porque te importa un pito lo que está pasando).

A nivel técnico la película no tiene mucho por lo que no falla demasiado (aunque esto no siempre es una regla en nuestro cine) y los actores están medianamente bien. Sin alardes.

En resumen, otro experimento fallido por no leerse dos veces un guión o tratar con ojos de productor una película. Un fiasco en lo que a espectadores se refiere, pero que generó gracias a ayudas y ventas a tv el dinero suficiente como para asegurarle al productor el sueldo por unos años. Vamos, un clásico de nuestro tiempo y de nuestro cine.

Espero que lo vuelvan a intentar con más ahínco ambos directores y así me ayudan a llenar páginas.

NOTA: Les llamo directores porque ya lo son y no dejarán de serlo, aunque nadie vea sus película - si no de qué Luis García Sánchez un director del que nadie podría decir dos películas suyas tiene la desfachatez de anunciar a bombo y platillo que se retira del mundo de la dirección de cine-)

viernes, 25 de julio de 2008

Los estrenos de la semana

- Por el Becario

La película española de esta semana (siempre hay una como mínimo) es Puente de Varsovia de Pere Portabella y protagonizada por Carmen Elías y Francisco Guijar.

En palabras de la cartelera de Yahoo (que es el único sitio de donde puedo sacar algo de información sobre ella):

Puente de Varsovia esta fechado en 1989, el año de la caída del Muro de Berlín. Si el look predominante en Nocturno 29 era el de la alta burguesía sesentista, en Puente de Varsovia refulgen las imágenes de la nueva intelectualidad y de la amnésica clase política progresista europea. Pero bajo la superficie reluciente de eventos socioculturales espectaculares y de vida frívola en la Europa feliz se tensan las memorias de fracturas y cataclismos personales e históricos. Filmada con la misma pulcritud que el cine comercial coetáneo, Puente de Varsovia hace estallar el argumento en los mil fragmentos de un paisaje europeo roto por el retorno de la Historia. No resulta extraño que Godard rubricase dos años después un filme hermano, Alemania nueve cero, explícitamente heredero del Alemania año cero de Rossellini en la posguerra europea de 1947.

Apasionante. Y en Film Affinity ni aparece...

Bueno, sólo aportar algunos datos del director. Adjunto su filmografía:

Nocturno 29 (1968) - Recaudación: 3.107,27 € (sí, es correcto,. del Ministerio, vamos)

El resto son documentales y ¿ensayos? que no tienen recaudación ni oficio ni beneficio. Pero eso sí, participó en "Hay Motivo", el documental ese que se hizo contra el PP.

Esto nos lleva a pensar su posible afiliación política y (aunque lo que viene a continuación puede ser una mera suposición) es posible que justifique los 17.532,37 € que según el Ministerio de Cultura lleva recaudados la película que se estrena hoy (¿cobraron por ir al preestreno o ya falseamos los datos de taquilla en cuanto la estrenamos, no sea que luego se nos olvide?)

En cualquier caso, se ha convertido en el mayor éxito de su carrera de largo.

miércoles, 23 de julio de 2008

El Comentario de la Semana

Por El Pensador Redondín.-

Aunque breve, no podíamos dejar pasar esta semana los comentarios de David Trueba (insigne escritor del también insigne cine español) en el estreno de su libro (el tercero, y que conste que los dos anteriores los he leído y aunque el primero no me gustó, el segundo sí). Habla sobre cine porque se supone que va de director y dice: "Spielberg ha hecho mucho daño al cine".

Efectivamente estoy de acuerdo por completo. Todos recordamos el cine antes de Spielberg (por poner una fecha que aclare a la gente de qué hablamos: el cine anterior a 1972). El cine español estaba en su momento álgido con un Berlanga, un Bardem y un Buñuel en la cima de sus posibilidades artísticas mientras que un Esteso, un Pajares y un Ozores lo estaban en la de sus capacidades económicas. El cine extranjero, llegaba a España, pero sus dramas y películas del Oeste, si bien, "rivalizaban" en calidad de factura, no lo hacían en beneficios. Y en eso llega Spielberg y estrena Tiburón. La gente va al cine a ver un espectáculo y le gusta. Sí, está la tele y esas cosas, pero no se siente lo mismo y, desde luego, el bichejo impone...

Como a lo bueno te acostumbras, la gente fue incapaz de volver a ver "Pepito piscinas" sin echar de menos al tiburón zampándoselo o al menos que la cámara hiciese un travelling que siguiese al protagonista y eso obligó a los americanos a cambiar de rollo (la acción se volvió acción de verdad porque al fin la cámara se movía) y, en el caso de los españoles, a enconarse en un tipo de cine patrio que derivó en una copia de los autores europeos de los 70 (más asequibles y cómodos de plagiar porque sus cámaras apenas hacían paneos cutres, eso sí, llenos de intensidad y significado), lo que fue llevando al cine español hacia los derroteros actuales.

La cuestión es: ¿La culpa la tiene Spielberg o la gentuza que entonces y ahora sigue pensando como Trueba? (Uy, he dicho Trueba).

NOTA: Para los que crean que no fue así, un botón: la generación que surgió a partir de finales de los 70 es la de Garci, García-Sánchez, Aranda y compañía… Vamos, los directores de principios de los 80. Hale, ahora que alguien me venga y me diga que no es verdad.

domingo, 20 de julio de 2008

La Entrevista (falsa) de la semana

Entrevista a Antonio Resines
Por El Jefe de Todo Esto.-

Como todos sabemos (y si no, ya os lo cuento ahora), esta semana ha podido verse en nuestro país el final de la serie Los Serrano. Una serie que se ha convertido en referencia de todo lo bueno y lo malo que nuestra patria puede llegar a hacer en el terreno audiovisual. Aunque parezca duro, y ahora tras tantos años de vida, todos se lancen a criticar este comentario, cuando comenzó no dejaba de ser más de lo mismo: Una vuelta a los esquemas de "Médico de Familia" (hora y pico de duración, comedia con toques dramáticos y análisis de relaciones paterno-filiales de tres al cuarto con abuelos que pululan por ahí para cubrir todos los targets), pero con la mala leche de un Antonio Resines que, como suele ser habitual, es incontrolable como actor y más grande que la propia cámara por lo que consiguió salirse de la bondad habitual de su predecesora (que ya había superado la bondad habitual de "La hora de Bil Cosby, a la que ésta plagiaba directamente).

Entre los actores también destacaban los dos protagonistas adolescentes: Pereza (Perdón: Perea) y Verónica Sánchez. El primero por ser un ente melancólico y triste que nos envolvía en su aura de pereza constante y la segunda por lo buena que estaba (sólo en el caso de la segunda los valores descritos podrán permitirle tener carrera en el cine español ya que está lleno de viejos verdes dirigiendo, el primero que se conforme con hacer cosas como "El Camino de los Ingleses una vez cada dos años, o que saque otro disco o lo que sea, pero que no moleste).

El caso es que, con los años, la serie fue evolucionando, los personajes cambiando, los guiones repitiéndose día tras día hasta el punto de que, cuando Pereza (perdón: Perea) y la Sánchez abandonaron, cansados de repetir las mismas líneas de diálogo una y otra vez, a nadie le avergonzó coger a los niños de la siguiente generación y repetir las mismas historias con ellos. O cuando en un rocambolesco intento de justificar que Belén Rueda, cuando se creyó que podía hacer carrera en el cine patrio, se fuese (para luego encontrarse que no existe tal cine y haber hecho dos películas y ahora estar buscándose las castañas).

El caso es que, con los años, la que fue una de las series de mayor audiencia, fue cambiando, evolucionando, empeorando, repitiéndose y la audiencia seguía viéndola (porque así somos en este país) aunque fuese para decir lo mala que era.

Y en estas llegamos al cierre en el que deciden que el personaje de Resines se suicide y se despierte comprobando que todo ha sido un sueño y que Belén Rueda sigue a su lado (¿dónde va a irse, si no hay películas que hacer en nuestro país?), tirando así 8 años de dires y diretes (o como se diga) a la basura - total, para que nada de lo que me han enseñado sea verdad, ¿para qué se han gastado el dinero y ocho años en enseñármelo?-)

Por ello y porque uno de nuestros grandes actores vuelve a estar libre para trabajar en el cine, le dedicamos esta entrevista falsa a Antonio Resines.

QMEECE - Buenos días, Antonio. ¿Cómo te sientes? ¿Liberado tras tantos años de trabajo diario en televisión? ¿Con ganas de afrontar nuevos retos profesionales ya sea en el cine o en la tele?
Antonio Resines - Lo primero, antes de comenzar, quería felicitarte por esta página. Es increíble que tú y tu equipo escribáis para que no os lea nadie y que consigas que no vengan ni actores ni directores, pero aún así les entrevistas.
QMEECE - Ya, cosas de la vida: Esta página se escribe y no la lee nadie, vuestra serie no tenía nadie que la escribiese y sin embargo sí que la veía gente.
AR - Gran verdad, gran verdad... Respecto a tu pregunta. Sobre todo me siento eso: liberado. Mira, a estas alturas no tengo que engañar a nadie: Soy un vago. Un vago de tomo y lomo. Me gusta actuar, claro, es lo único que se hacer, y recuerdo un tiempo, cuando era más pardillo, que aún tenía que seguir unas órdenes o tenía ciertas obligaciones, pero el tiempo me permite que ahora haga lo que me dé la gana y de actuar... La gente quiere a Antonio Resines, ¿para qué voy a interpretar otro papel?
QMEECE - La verdad es que eso no responde mucho a mi pregunta... Seré directo: ¿A continuación qué vas a hacer cine o tele?
AR - Pues mira, como he dicho, lo primero descansar, que han sido muchos años de levantarme todos los días para currar y, aunque me haya levantado una pasta por la mierda esta, lo cierto es que era cansada de cojones. Ups. Lo siento.
QMEECE - Nada, nada. SI no nos lee nadie...
AR - Luego intentaré volver al cine por dos razones: Porque son proyectos cortos en los que te pagan bien y porque en la tele, si quisiera volver a otra serie, ya tendría que trabajar aprendiéndome el nombre de quien soy, o a qué me dedico... En Los Serrano me costó mucho eso, menos mal que al final ya ni importaba y podía hacer lo que me daba la gana, pero en conseguir eso se tarda casi un año y es agotador, día tras día, tener que aprenderte cómo se llama tu personaje.
QMEECE - Por no hablar del guión...
AR - ¿Qué guión? Ése es mío. Yo sigo MI método de actuación. Me aprendo el nombre (con apellidos) y a qué se dedica. Lo repito diez o veinte veces para no olvidarlo durante la escena y salgo a actuar. Yo escribo mis propias líneas sobre la marcha que es como mejor se me da esto.
QMEECE - Pero... ¿Y el resto de los actores? ¿Cómo saben cuándo tienen que intervenir?
AR - ¿Qué resto de los actores? Ah, claro... No, no hay problema. Quizá al principio sí, peor luego ellos prefieren mi método y todo resulta sencillo como en Los Serrano... Todo consiste en que, si tienen algo que decir, griten más que yo y metan sus cuñas. Eso lo hace todo mucho más natural de cara al público. Y un actor, debe deberse a su público, siempre.
QMEECE - Ya, ya veo. Yo es que me parto. Entonces cine... ¿Y algún proyecto en claro?
AR - Aún no. Es curioso porque desde que no hago cine el panorama español no ha cambiado mucho... Me han llamado para hacer tres o cuatro pelis del tipo La Buena Estrella (eso sí, todas de autores nuevos, excepto una de Montxo Armendáriz) y luego mucha comedieta española que está de moda y que me recuerdan a las que hacía en mis tiempos mozos con Veronica Forqué (por cierto, ¿qué habrá sido de ella? Voy a llamarla y a ver si hacemos otra de esas películas como si no hubiese pasado el tiempo).
QMEECE - Bueno, es o tiene su explicación. Películas como La Buena Estrella dan mucho prestigio al director (Que suele ser guionista también) y no cuestan dos duros por lo que el productor se lleva casi todas las subvenciones (Montos ALmenáriz lo sabe y sólo hace películas de ese tipo, que también produce, claro). Y las comedietas no es que estén de moda, es que es lo único que compran las televisiones porque el formato es muy similar al de una serie así que, como ponen dinero por adelantado, pues es lo que se hace. Pero, vamos, que todo da el mismo dinero, o sea: poco.
AR - Vaya, como soy tan vago no leo lo suficiente para hacer una reflexión así... En cualquier caso, a los actores les siguen pagando, ¿no?
QMEECE - Sí, eso sí. Y a los que no son actores (que son la mayoría de los que aparecen en nuestro cine).
AR - Bueno, pues con eso me basta. Si yo lo que quiero es no tener que esforzarme mucho e, incluso a lo mejor me lanzo a dirigir como hizo mi querido Bonilla.
QMEECE - Ah, si ya recuerdo, qué película más mala esa del Oro de Moscú.
AR - Sí, pero ahí está, que le llueven ofertas para dirigir de nuevo, e incluso se está planteando una segunda parte...
QMEECE - ¿Se está planteando? ¿No debería planteársela un productor avispado en lugar de él mismo?
AR - No. Si se lo propone un productor seguramente le diría que no. No nos vendemos. Somos artistas y hacemos lo que queremos. Y si queremos hacer segundas partes es porque nos apetece. ¿Por qué lo haríamos si no? Para sufrir ya está el calvario...
QMEECE - Qué mierda es el cine español....
AR - Pues la tele, ni te cuento. Sólo hay que ver cómo hemos terminado Los Serrano…